viernes, julio 29, 2005

Certificaciones Norma ISO 9000 en escuelas

Eso de que una escuela este certificada en ISO 9000 según es para elevar la calidad (y de paso aumentar el prestigio y presumir). Pero también es sinónimo de confusión para algunos de los implicados, los alumnos.

Los alumnos creen erróneamente que ya que su escuela esta certificada entonces, de la noche a la mañana tendrán mobiliario nuevo, aulas pintadas, pizarrones electrónicos, aire acondicionado, canchas en condiciones adecuadas, con duela o pasto natural; los maestros llegarán a tiempo y utilizarán laptop y proyector para sus clases… y al final, cuando todo sigue igual (de nuevo, según los alumnos) entonces se profundiza o se genera el sentimiento antisocial típico del adolescente.

Falta lo que sucede en otros niveles, tanto académicos como organizacionales.

El siguiente aspecto que se puede certificar es el académico. Pero este es más quisquilloso. De nuevo, lo que se logra es que todo sea uniforme. Mi jefe pone siempre el ejemplo del barrendero. Conforme a la norma, se barre de izquierda a derecha y todos así lo deben enseña. Esto no indica se le este enseñando a barrer mejor, los trucos que da la experiencia, esos los siguen dando los maestros más preparados.

Ahora bien, si antes no se les enseñaba como tomar la escoba, entonces si se esta elevando la calidad del alumno. Pero eso mismo no es necesariamente por virtud de que se este certificado. Lo da el que todos estén trabajando igual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Porqué comprar modelos eficientistas que no son nuestros? ¿Porqué nos quieren comparar con Universidades de un primer mundo demasiado alejado del nuestro? ¿Porqué no podemos elevar los niveles de calidad sin que nos tengan que decir que estamos mal, situación que además ya sabemos? ¿Es acaso un politica sexenal de las autoridades educativas exigir niveles ISO para incrementar la credibilidad de las universidades mexicanas en el mundo?. Seamos conscientes y busquemos la mejoría permanente en cada uno de nuestros actos académicos y administrativos, sin que nos midan con escalas que no son las que corresponden a nuestra realidad.